domingo, 12 de agosto de 2012

Sin fin

     (Relato escrito en conjunto con mi amiga E.A hace bastante tiempo y que había olvidado publicar).

     Quizás me crean loca, pero yo siento que llevo años despertando.

     Doy crédito a la inverosimilitud de los sueños, porque he sabido que en sus más agudas profundidades, todo es posible.

     La frente sudorosa, el pulso acelerado y la garganta seca caracterizaron mi despertar de esa noche. Cerré los ojos bruscamente cuando miré a mi alrededor. Oscuridad y silencio. El único sonido detectable era el de mis pensamientos.
      Me era imposible hablar. Las palabras no lograban salir de mi boca y no podía dejar de pensar en ese sueño del que recientemente había despertado.
     Todavía puedo sentir la lluvia en mi rostro y esa sensación de temor y alivio mezclados que la visión de aquella casa producía, aún no me abandona.
     La casa. Sí, ahora recuerdo... Ahí fue donde ocurrió todo.
     Estábamos yo y unas cuentas personas más en una autopista esperando algo. Algo que parecía no llegar. La noche se levantaba sobre nosotros y la lluvia caía sin compasión. Cuando, de repente, apareció la casa sumida en un silencio absoluto y sin ninguna luz encendida. 
     Tardamos algunos minutos discutiendo si debíamos o no explorarla y justo en el instante en el que decidimos hacerlo, surgió de la nada una camioneta, cuyos pasajeros murmuraron frases que demostraban temor. Y sin siquiera detenerse a ayudarnos, siguieron su camino, desapareciendo en la noche.
     Todavía sorprendidos por aquel extraño suceso, nos decidimos por fin a entrar y, personalmente, me dirigí a la puerta para revisar si estaba abierta. No obstante, al posar mi mano sobre el pomo de la misma me invadió una sensación de reconocimiento y atracción inexplicable, seguida por el encendido automático de las luces, encegueciéndonos. Fue ahí cuando "desperté".
     No lograba reconocer el lugar en el que estaba y, desesperada, busqué a mi alrededor alguna pista sobre mi paradero. 
     En medio de la confusión, tropecé con una mesa de la que un periódico cayó. Me acerqué y distinguí el titular de un artículo, el cual empezaba así:

"Hoy se cumplen 50 años del extraño suceso ocurrido en la mansión n°20 del km. 70, en la que la dueña de la misma asesinó brutalmente a 30 huéspedes mientras dormían".

     Quizás ustedes me crean loca, pero yo de verdad siento que llevo años despertando.

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