viernes, 11 de noviembre de 2011

Remember forever

Ya estoy en mi casa, bañada, cansada, feliz, escuchando The Revenant Choir y llorando a mares. 
No existen palabras para decribir todas las emociones que crearon en nosotros. (Seguro deben pensar: —¡Pero qué intesidad esta jeva, vale!—) Pues sí, soy una intensa.
Es que un día como hoy, no se supera. No se olvida... No se puede olvidar.
¿Cómo olvidar esa sensación de —Por dios Kamijo me está viendo y me sonríe—? ¿Cómo olvidar su voz y su mirada? ¿Cómo olvidar a los hermosos Hizaki y Teru haciendo poses adorables y tocando las guitarras como sólo ellos saben hacerlo? ¿Cómo olvidar a Yuki y a Masashi dándole a lo suyo? 
Pero lo más inolvidable, fue lo que todos sentimos al terminar el concierto. Ver llorar a TODOS los presentes y abrazarse entre ellos fue algo totalmente hermoso y conmovedor. 
Así que, Versailles, gracias por haber venido a Venezuela. Nos hicieron las personas más felices del mundo durante dos horas. Y gracias por existir.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Porque un clavo saca otro clavo y arrepentirse no sirve de nada

Trataré de escribir esto lo menos boleta/obvio posible y si sabes de lo que hablo te ruego que hagas vista ciega como si esto jamás hubiese ocurrido.
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"Cuando un amigo se va,
queda un espacio vacío".
Facundo Cabral y mi profesora de inglés estaban en lo cierto. 

Te despides como si te fuera a ver mañana cuando sabes que no será así.
¿Qué es peor: arriesgarse y cagarla o no arriegarse y arrepentirte por siempre? Difícil decisión, aunque no lo crean.
Yo no me arriesgué y estoy condenada al arrepentimiento.
And I know we're cool...but what if, right?

viernes, 1 de julio de 2011

Cuando el subconciente y el sinsentido atacan

   Todo empieza con una carretera en donde estaba yo junto con personas conocidas y desconocidas. Esperábamos algo...algo que parecía no llegar. La noche se levantaba sobre nosotros y la lluvia caía sin compasión.
  De repente, a lo lejos, apareció una casa sin ninguna luz encendida y sumida en un silencio absoluto. Tardamos algunos minutos discutiendo si debíamos explorarla y cuando nos decidimos a hacerlo, aparecieron de la nada unos niños que parecían reclamarme algo que nunca terminé de comprender.
  Veíamos a los carros pasar con la esperanza de que alguno nos ayudara, hasta que una camioneta cuyos pasajeros decían conocerme, se detuvo, y nos dieron un paraguas (tremenda ayuda, pues). Yo les agradezco (no sé en qué estaba pensando) y las luces de la casa se encienden automáticamente.
  La casa era bastante grande, de techo rojo y con muchas ventanas y habitaciones. M y yo decidimos explorar el último cuarto que tenía paredes de vidrio muy perturbadoras, varias camas y en una de ellas hay un hombre acostado (rawr). M y yo vemos al tipo, nos reímos durante un rato, nos acostamos cada una en una cama y le digo: -Esta es la casa de mis sueños-, a lo cual ella respondió algo, pero tristemente mis recuerdos lo ignoran. Y en ese mismo instante, aparecen O y MT muy bien vestidas. Les pregunto la razón y ellas responden que es para la reunión de la noche, la cual yo recordaba y sin embargo no sabía que había que vestirse tan bien y ellas responden con un encogimiento de hombros.
  Tristemente, de lo que pasó el resto de la noche (que seguramente me aclararía muchas dudas) no poseo recuerdos. Pero esa casa ¿de quién era? Al parecer los dueños estaban esperándonos...¿por qué motivo?...
Lo desconozco.

PD: Disculpen el hecho de haber escrito mis pensamientos al respecto de lo que pasaba, no pude evitarlo.

domingo, 17 de abril de 2011

Trébol de cuatro hojas

Ahora es el momento.
Sí. Es el momento de recordar. De leer cartas y textos que mi profesora de inglés de todo mi bachillerato nos regalaba en las clases. De llorar leyéndolas. De recordar esa cita que en una actividad especial de la clase leí, y que significa tanto para lo que estoy viviendo actualmente. De ver Cartas a Julieta y soñar con unas vacaciones en Italia. De respirar oxígeno y expulsar dióxido de carbono. De mirar al techo y no pensar en nada. De escribir algo y desviarme del tema sobre el que estaba escribiendo.

Pero sí, efectivamente, de recordar.
Porque en esa lectura que la profesora nos dio (escribo en plural porque nos la dio a todo el salón) decía que atesoráramos los buenos recuerdos y desecháramos los malos y que todo lo que hiciéramos, lo hiciéramos con todo nuestro empeño y dedicación.

Y ahora no sé cómo terminar esto (¡Bien, Sayuri! Excelente). Así que supongo que lo terminaré agradeciendo, a ella por regalarme todas esas calcomanías, cartas y textos y a mí misma por guardarlos. Gracias.

jueves, 3 de marzo de 2011

Experiencias de una ciudad caótica. Parte II

Si no fuera porque existe la cárcel, yo sería un sujeto de estudio conocido como "Tiradora de piedras compulsiva y altamente peligrosa". Porque en situaciones en las que el metro no funciona y llega a la estación con las luces apagadas, o cuando el metrobús sigue de largo y no se detiene en la parada en la que has estado largo rato esperándolo, las piedras serían una forma de desahogo brutalmente efectiva.

jueves, 6 de enero de 2011

"Si hay algo de lo que sé, es del amor, quizás porque lo anhelo intensamente con cada fibra de mi ser".
Toulouse Lautrec, Moulin Rouge

En esta época en la que el amor carece de sentimiento, en la que un "te amo" es utilizado tan incorrectamente, ¿Está mal soñar con un amor de película? ¿Con un Ewan McGregor cantándome "Your Song" bajo un cielo estrellado? ¿O un James McAvoy declarándome su amor en una biblioteca? Sinceramente, ya no lo sé. Mi idealista manera de ser me lleva a seguir creyendo en el mundo. Un mundo en donde el amor existe. Un mundo con salvación.