sábado, 29 de diciembre de 2012

Cuando me dices "amor"

     Cuando me dices "amor", algo se alborota dentro de mi, como un relámpago que me recorre de extremo a extremo. Como un suspiro al oído. Como una caricia inesperada.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Lo que me haces decir

     Me pregunto si no seré yo la que termina extrañando más. No sé. Al principio todo es duda, pero luego te pienso y todo se va al carajo. No me concentro, a veces no escucho, si no te veo, me apago... (Siento que sueno patética, pero ya no me importa nada).
     Sí, debo sonar terriblemente pussy. Pero es que a mi me cuesta decir las cosas, ¿sabes? Lo unilateral me asusta. 

¿Qué me has hecho?

sábado, 3 de noviembre de 2012

martes, 14 de agosto de 2012

Nada, vale

     Señores, déjenme decirles que esa frase ha pasado a convertirse en mi grito de guerra. Les cuento más...
     Después de horas de contemplaciones al techo y cigarros fugaces, me di cuenta de que la mayor parte de mis arrepentimientos se debían a situaciones que no pasaron y que me dejaban con el joemadre "what if" mental (obviamente, aquí no están incluidos los momentos de ebriedad en los que me he visto relacionada... o eso dicen).
     Así que llegué a la conclusión de —¿Saben qué? Nada, vale —. Y bueno, resultó mejor de lo que esperaba.

domingo, 12 de agosto de 2012

Sin fin

     (Relato escrito en conjunto con mi amiga E.A hace bastante tiempo y que había olvidado publicar).

     Quizás me crean loca, pero yo siento que llevo años despertando.

     Doy crédito a la inverosimilitud de los sueños, porque he sabido que en sus más agudas profundidades, todo es posible.

     La frente sudorosa, el pulso acelerado y la garganta seca caracterizaron mi despertar de esa noche. Cerré los ojos bruscamente cuando miré a mi alrededor. Oscuridad y silencio. El único sonido detectable era el de mis pensamientos.
      Me era imposible hablar. Las palabras no lograban salir de mi boca y no podía dejar de pensar en ese sueño del que recientemente había despertado.
     Todavía puedo sentir la lluvia en mi rostro y esa sensación de temor y alivio mezclados que la visión de aquella casa producía, aún no me abandona.
     La casa. Sí, ahora recuerdo... Ahí fue donde ocurrió todo.
     Estábamos yo y unas cuentas personas más en una autopista esperando algo. Algo que parecía no llegar. La noche se levantaba sobre nosotros y la lluvia caía sin compasión. Cuando, de repente, apareció la casa sumida en un silencio absoluto y sin ninguna luz encendida. 
     Tardamos algunos minutos discutiendo si debíamos o no explorarla y justo en el instante en el que decidimos hacerlo, surgió de la nada una camioneta, cuyos pasajeros murmuraron frases que demostraban temor. Y sin siquiera detenerse a ayudarnos, siguieron su camino, desapareciendo en la noche.
     Todavía sorprendidos por aquel extraño suceso, nos decidimos por fin a entrar y, personalmente, me dirigí a la puerta para revisar si estaba abierta. No obstante, al posar mi mano sobre el pomo de la misma me invadió una sensación de reconocimiento y atracción inexplicable, seguida por el encendido automático de las luces, encegueciéndonos. Fue ahí cuando "desperté".
     No lograba reconocer el lugar en el que estaba y, desesperada, busqué a mi alrededor alguna pista sobre mi paradero. 
     En medio de la confusión, tropecé con una mesa de la que un periódico cayó. Me acerqué y distinguí el titular de un artículo, el cual empezaba así:

"Hoy se cumplen 50 años del extraño suceso ocurrido en la mansión n°20 del km. 70, en la que la dueña de la misma asesinó brutalmente a 30 huéspedes mientras dormían".

     Quizás ustedes me crean loca, pero yo de verdad siento que llevo años despertando.