jueves, 3 de marzo de 2011

Experiencias de una ciudad caótica. Parte II

Si no fuera porque existe la cárcel, yo sería un sujeto de estudio conocido como "Tiradora de piedras compulsiva y altamente peligrosa". Porque en situaciones en las que el metro no funciona y llega a la estación con las luces apagadas, o cuando el metrobús sigue de largo y no se detiene en la parada en la que has estado largo rato esperándolo, las piedras serían una forma de desahogo brutalmente efectiva.

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