miércoles, 15 de diciembre de 2010

Mares mentales formados en frustración

Lágrimas ahogadas sin poder ser liberadas.
Sentimiento que profundamente desearía enterrar.
Todo por Circe y su engañosa candencia,
todo por Hermes y su polifálica naturaleza.

Esas sonrisas genuinas y encantadoras
que aquel de ojos azules caleidoscópicos mostraba,
hicieron que olvidara momentáneamente
esa tormenta inminente de ilusiones arruinadas.
Siendo incluso atacada la conciencia,
aquella que en mi mente me hacía creer en bobadas.
Bobadas basadas en un estúpido prejuicio,
que debo superar para ganar este juicio.

Confusión, confusión y más confusión.
Según Eros, ése fue mi error.
No sé cómo pude cometer semejante equivocación.
En serio, es terrible.
Ni siquiera logro creer que haya sido yo quien lo cometió.

Sin embargo, lo hecho hecho está.
No se puede cambiar lo ocurrido,
ni siquiera Cronos, dios del tiempo, pudo cambiar la caída de los titanes.

Así que simplemente lloraré,
me dormiré agotada,
tendré sueños lindos con ya saben quién
y haré el grandísimo esfuerzo de poder sentarme adelante la próxima vez.


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